jueves, 27 de marzo de 2008

LOS EVENTOS CONSUETUDINARIOS QUE ACONTECEN EN LA RÚA

Sacramento

Sacramento es una calle larga. Al menos esa es mi percepción, quizás porque es una de esas calles estrechas del casco antiguo gaditano por la que pasan coches, furgonetas, camiones, personas, peatones en moto. Es una calle difícil de pasear y casi imposible encontrarse con alguien y pararse a charlar, mientras te cruzas con quien sea dices las palabras de rigor y ya os veréis en otra ocasión. Si te paras a charlar tendrás que apartarte para los vehículos, los niños, los adolescentes, los que vienen de la compra con sus carritos..., y dibujaréis distintas posturas. Claro que en Cádiz es casi imposible encontrarse según a qué gente y no pararse a charlar, así que suerte si te encuentras a Fá (ya se que no se escribe ansín) o a Manoli, y mejor suerte todavía si te encuentras a los dos juntos...

En la calle Sacramento, casi a la verita de la Torre Tavira está la taberna del chino, o del calvo, o de..., el nombre no macuerdo, pero según quien lo conozca, con quien y a la edad que lo haya conocido tiene un mote u otro. La taberna en cuestión se llama El Garbanzo Negro, y allí por causas y azares de la vida, que son más inescrutables que los caminos del señor, trabajó durante un tiempo un amigo mío, no diré que se llama Manolo por si alguien lo conoce y le va con el cuento o se molesta. Aunque pensándolo bien, seguro que a él se la trae al pairo (o como se diga), así que diré que mi colega se llama Manolo.

Estaba Manolo detrás de la barra del bar cuando apareció uno de esos señores que hicieron que la palabra cursi se extendiera por todo el mundo hispanohablante por ser, más que adjetivo que le viniere bien (observen el futuro de subjuntivo), nombre propio en su persona. El cursi en cuestión se acercó a la barra, con su jersey sobre los hombros, su pelo engominado y se dirigió a mi amigo que estaba limpiando vasos mirándolo con la boca abierta. No se ve un especimen de tanta calidad todo los días.

- Buenas tardes, me pone un café cortado con una lagrimita de anís, por favor.

Manolo, cuando oyó el deseo del cliente vio la luz y contestó:

- Ahora mismo voy a darle un pellizco en los huevos al mono a ver si llora

2 comentarios:

sinverweb dijo...

Hola, soy el Manolo de la alérdota, también conocido como er Melena y en este blog como sinverweb. Escribo para certificar la veracidad del sucedido, si bien las dotes narrativas de Merapalabra (a.k.a. er Gorrión) han contribuido en no poca medida al embellecimiento y redondeo de la historieta. En esa misma barra, otra persona completamente distinta, un poeta de la calle (y también de los papeles) y maestro de la vida (y de las escuelas) a quien muchos conocerán o habrán, al menos, visto por esos mundos de Cadi me hizo un pedido muy acorde a su manera de ser. Antonio Gª. Almozara (alias Antonio Antiotan) me pidió en cierta ocasión (no recuerdo si primaveral) una tapa de nosmacuerdoqué "con una flor de mayonesa".
No tengo que decir que en el momento de dibujar con la manga pastelera un enorme florón marfileño junto a la fritura, me sentí como un chef cinco estrellas. Luego, flor y tapa desaparecen por las tragaderas abajo del comensal y la vida vuelve a ser gris y más bien mate, pero la restauración es lo que tiene.

GALATEA dijo...

Respeto me daría ir al bar de tu colega y pedirle lo que siempre pido: un cafelito con una "mijita de leshe". Miedo "me diere" lo que "me pudiere" contestá (leyendo estos blogs aprendo tiempos verbales nuevos y tó)
Por sierto, jamá he conseguio llegá ar Falla por Sacramento... impresssindible vías alternativas que amenicen esa calle tan larguísima.