sábado, 8 de marzo de 2008

EXTRAÑA MENTE TXAPELA

Si alguno dudaba de la capacidad de Txapela para conquistar al público, debió haber estado el jueves en el café teatro Pay Pay. Con presentación larga. Con anécdotas compartidas con kico en la presentación. Y por último, él sólo consigo mismo. Así fue como Manolo Pereira se soltó no el pelo, sino las neuronas.

Desde mi punto de vista, es el más monologuista y menos narrador de los sinverweb. Ayer lo demostró en las dos partes en que se dividió su actuación. Cuando por fin se quedó solo después de la presentación, se "presentó" como San Pedro, que había venido a pasar unos días de vacaciones a Cádiz. Así que en la primera parte todos tuvimos el santo de cara.


Pero fue en la segunda parte donde Txapela mostró sin ninguna duda que tiene una extraña mente para esto del humor. Y por otra parte sembró muchas dudas sobre su salud mental. Si no, la próxima vez que lo vean actuar, preguntenle qué es la camiseta que lleva puesta en estas fotos de su actuación en el Pay Pay. Pues en el escenario intentó demostrar que era África. Eso fue lo primero que hizo, la conversación con el público siguió hasta que el respetable quedó totalmente convencido de que Manolo tiene los tornillos en la caja de herramientas y no le sirven para sujetarlo a la realidad. Tan convencido acabó el público, que la historia con la que terminó, de los pueblos Aquí y Allí, ya podía parecer completamente lógica.

Tengo que decir que es así, como se mostró en solitario, como más me gusta oir a Txapela. Es ahí, en sus monologos de la cara oculta de las neuronas (le estaré dando una idea para un título) donde realmente se expresa y conecta con el público.

6 comentarios:

GALATEA dijo...

Bravo Manolo!!!
Siento haberme ido antes de escuchar el segundo pase que hiciste. fue "a fuerza mayor". Pero lo que escuché me encantó. Un monólogo muy elaborado, muy apropiado en el momento electoral en el que estábamos, con un doble sentido muy cuidado de principio a fin, e increíblemente ingenioso. Me gusta tu tipo de "locura", como dice tu homólogo el Gorrión. Lo disfruté mucho. Lástima perderme tu segunda intervención. Espero que la repitas en breve. A seguir así. Enhorabuena!!!!!

Txapela dijo...

Me gusta que te guste. Espero que no fuera una fuerza mayor demasiado importante la que provocó tu ausencia en la segunda parte, que por cierto tenía de todo, era un tres en uno, con cosas que ya he hecho y otras nuevas, pero eso sí, con un grado de locura superior. Ya habrá más ocasiones. Si ves a San Pedro por la calle no olvides el protocolo.
Besos.

Txapela dijo...

Gorrión, ya hay un monólogo acerca de la vida de las neuronas, lo que pasa es que ese lo hago con Alfonso. Por cierto, en mi blog puse un trocito de ese duólogo en video. Lo pondré por aquí también. A ver si me animo a poner más videos de todos. Gracias por la crónica, me gusta leerlas aunque no sean de mis actuaciones. Tienen mucho de la esencia que se respira en el PayPay.
PD: Hay que ver lo serio que me pongo en los comentarios, tengo que dejar los yogures no vayan a ser los culpables con tanto bífidus y tanto lcaseinminutas.

Juanjo Merapalabra dijo...

Gracias chiquitín, ya vi el video. Es verdad, no recordaba el monólogo. Pero no lo decía exactamente por las neuronas en abstracto, sino por las tuyas en concreto :).

Sería chulo lo de los videos, te doy permiso para que pongas uno de kico.

sinverweb dijo...

Aunque ya te lo dije en perzona, te lo digo en blog: ¡ere mú cabrón!
Me preguntaste por qué y no te lo dije. Me fui. Te lo digo ahora. Porque aunque tus albortos mentales me hasen grasia, me tengo que descojoná con las temeridades que te permites (y a veces te malcensuras) en el escenario. Porque aunque te conozco (masomeno) y pareces un tipo sensato (menosomá), ahí arriba te transformas en un clown corrosivo o en un bufón angelical, no sé muy bien. Y eso también me pone a partirme er pecho de risa.
Lo dicho: ¡cabrón!
Y grasia por lo ratito, pich.

Txapela dijo...

Gracias por el comentario. Es que luego te busqué por allí y no te encontré. Es que pensé, ¿qué habré dicho?, ya se me ha ido la olla más de lo debido, ya verás.