martes, 4 de marzo de 2008

EL MÓVIL (1)

Ya sé que estoy más perdío quel barco larró, pero como hijo pródigo, regreso al lar de mis antepasados a dilapidar mis insensateces a modo de ofrenda que consagre la reconciliación. Y qué mejor para ello que una pollada empollada en mis meninges castigadas por la pre-post-ultra-para-sin-según-so-sobre-tras-campaña electoral. Un relato breve por entregas. Y va la primera.

EL MÓVIL

Mi móvil me habla. No, a usted le habla otra persona a través del móvil, acaso un contestador automático. A mí me habla mi móvil.

Un día sonó como siempre suena, pero no figuraba en la pantalla ningún número ni un nombre de la agenda. Simplemente ponía “SOY YO”. Sí, lo que respondes cuando llamas a un telefonillo y te preguntan quién eres. Una voz clara y pequeña, como de niño, bajita pero perfectamente audible me dijo: -“Vete a casa, porque te has dejado un grifo abierto. Si no lo cierras, se te va a anegar todo”. Lo normal hubiera sido desconfiar, interrogar a esa voz, querer saber más. Pero soy de los que siempre tienen que volverse a comprobar si la puerta está cerrada, o el calentador apagado o a revisar las luces o los grifos. Y no pregunté nada más. Colgué y me volví lo más rápido que pude.
(À suivre...)

5 comentarios:

Juanjo Merapalabra dijo...

Qué bueno volver a verlo por aquí, ya se echaban de menos sus letras, y los más viejos lectores de este blog de pamplinas varias (nosotros mismos) nos preguntabamos dónde estaría el primer culpable que nos ofreció la manzana cibernética.

sinverweb dijo...

Po ná, en estambai, o sea, questambaincarajotao. Pero mé dao la güertesita, he visto lú y mé disho: "ví llamá a vé si hay arguien". Ystaba er gorri.
Todavía ná llegao er suspense de verdá pero ya irá asomando.

matías prats dijo...

Era un toro bragado, cornialto, que hablaba con una elegancia y concisión fuera de lo normal. "No puede ser, ni he bebido ni he tomado medicación alguna". Sin duda era fruto de su imaginación, esa que le jugaba malas pasadas de vez en cuando llevándolo a imaginarse las situaciones más absurdas y grotescas y que nunca se atrevía a confesar.

sinverweb dijo...

Buen intento, Matías, pero como veremos en la próxima entrega, no era fruto de su imaginación sino lago que le poría pasar a cualquiera.
Por sierto, que nunca té preguntao: ¿tu ere Matíapaprade o Matíjaprajijo?

matías prats dijo...

Yo ví cómo manolote daba los últimos capotafos en Linares...