COMENZARON LOS ADOSADOS

Estadio: Café-Teatro Pay-pay (como siempre)
Aforo: Tres cuartos al comienzo, casi lleno en la segunda parte (unas 160 personas)
Caja: Media baja (muchos fantitas y nestís)
Picaítos: 2 (uno se dedicó a dar vueltas hasta que se cansó y se fue, el segundo, habiendo preguntado en la barra qué era lo más barato, se fue con su botellita de agua a sentarse junto al escenario. Bien llevado por los actuantes)
Temperatura: Aceptable, un poquillo de humedad pero bien, sin goterones de sudor por la sien.
Alineación: Javier Sánchez "el Monano" (* y 1/2) Luchando, buscando a su públicol, motivándose y algo ramplón con los cambios de volumen. Voluntarioso. Va mejorando.
Manuel Sánchez "el Melenas" (casi**) Por lo menos, se había leído el libro. Bien. Driblando a los picaítos. Introduciendo el tema y aguantando el tipo.

La crónica:

Qué pena, qué pena, qué pena. Estos dos hermanos, que pudiéndose dedicar a cualquier cosa como mecánico de coches o repartidores de cualquier supermercado, decidieron hacerse cuentacuentos. Qué pena. Claro, estos dos abrazafarolas, han querido versionar "La Odisea", mancillando su nombre con expresiones del tipo "er seu", "los que tienen un ojo na má", si Zeus y los Cíclopes levantaran la cabeza. Algún día hablaremos de cómo estos dos tipos llegaron a la cuentería, de cómo se dopan a base de dyccolas y tintorro del barato. Por fortuna para ellos, el público se rio y les aplaudió al final, clara muestra de que el local estaba lleno de gente "finolis" y adolescentes intentando ligar entre ellos. Incluso, al final, se vinieron arriba y terminadron el cuento de un modo, diríase, hasta correcto. Una pena. Esta pareja, que cuando fue formada aspiraba a la Champions, según algún gracioso, por sus actitudes, aspiran a la intertortoto. Que pena.
J.M.G.

(Matías Prats no se hace respondable de La crónica)