lunes, 18 de febrero de 2008

REENCUENTOS

Qué curioso esto del ciberespacio, me he encontrado con dos personas que conocí hace años. No, no por aquí. En Madrid a ella y compartiendo viaje a La Habana a él. Qué raro. Seguro que si nos encontramos por la calle o en un festival o en otro cruce de caminos, me parece una casualidad. El mundo es grande ¿y el ciberespacio más?, pero del directo a la red hay un trecho extraño, son otros sentidos los que funcionan, no sé...

Claro, la vida nos presentó porque los tres estamos enredados en la palabra. Y mira que no termina de ser tan grande el ciberespacio porque estamos de nuevo caminando senderos que se cruzan.

Dicen que en la red está todo. Y será verdad, pero también parece que uno no puede ver sino lo que quiere, parece que la forma de buscar condiciona lo que uno encuentra. Y claro, aquí se termina encontrando uno también con los que buscan y se preguntan lo mismo o algo parecido. ¿Significa eso que buscando la vacuna contra el sida no podemos encontrar un buen poema de amor? ¿o que si estoy escribiendo una historia erótica no puedo inventar la nanotecnología?, pues no sé.

Pues me alegro, me alegro de que después de catorce años la vida nos haya cambiado. Me alegra poder disfrutar de vuestras palabras y vuestras historias. Y me alegro que mi natural timidez (aunque muchos no se creen ná) no ahogase el comentario que nos cruza y nos re conoce en el ciberespacio. Sobre todo porque sé que aún seguís caminando y sigue abierta la puerta para reencontrarnos en la realidad, en alguna estación o aeropuerto, en algún teatro, en algún bar...

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